Segundo ABP
SALUD MENTAL
La salud mental según la OMS es un estado de bienestar
en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al
estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su
comunidad.
En Colombia la Ley 1616 de 2003 define la salud mental
como “un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través del
comportamiento y la interacción de manera tal que permite a los sujetos
individuales y colectivos desplegar sus recursos emocionales, cognitivos y
mentales para transitar por la vida cotidiana, para trabajar, para establecer
relaciones significativas y para contribuir a la comunidad”.
En relación con
esta definición es importante tener en cuenta que:
La forma como nos comportamos y nos relacionamos con
las personas y el entorno en nuestra vida diaria es el resultado de la manera
en que transcurren las percepciones, los pensamientos, las emociones, las
creencias y demás contenidos en nuestra mente, los cuales se encuentran
íntimamente afectados por factores genéticos, congénitos, biológicos y de la
historia particular de cada persona y su familia, así como por aspectos
culturales y sociales.
La salud mental es una construcción social que puede
variar de un contexto a otro, dependiendo de los criterios de salud y
enfermedad, normalidad y anormalidad establecidos en cada grupo social (que
puede ser tan extenso como una nación o tan reducido como una familia), lo cual
influirá directamente en la forma de sentirse sano o enfermo de las personas
pertenecientes a un determinado grupo.
La salud mental individual
está determinada por múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos.
Por ejemplo, las presiones socioeconómicas persistentes constituyen un riesgo
bien conocido para la salud mental de las personas y las comunidades. Las
pruebas más evidentes están relacionadas con los indicadores de la pobreza, y
en particular con el bajo nivel educativo.
La mala salud mental se
asocia asimismo a los cambios sociales rápidos, a las condiciones de trabajo
estresantes, a la discriminación de género, a la exclusión social, a los modos
de vida poco saludables, a los riesgos de violencia y mala salud física y a las
violaciones de los derechos humanos.
También hay factores de la
personalidad y psicológicos específicos que hacen que una persona sea más
vulnerable a los trastornos mentales. Por último, los trastornos mentales
también tienen causas de carácter biológico, dependientes, por ejemplo, de
factores genéticos o de desequilibrios bioquímicos cerebrales.
La salud mental y el
bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de
pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y
disfrutar de la vida.” No hay salud sin salud mental”
TEPT
Contexto:
Juan consume alcohol desde los 15 años, pero no lo
hace siempre, lo hace en ocasiones especiales, por ejemplo cuando comparte con
sus amigos o con su familia.
El alcohol tiene secuelas negativas en varias esferas
de la vida, repercute en la salud física del individuo, puesto que este cambia
sus hábitos alimenticios, práctica poco deporte, entre otras, por otra parte,
el alcohol también genera problemas o alteraciones a nivel mental, puede llevar
a qué las personas padezcan de trastornos depresivos o de dependencia hacia
este, por último también altera las relaciones interpersonales, a nivel
familiar, o inclusive también a nivel laboral, todo porque el alcohol
predispone a las personas a tener conductos violentas, en el caso del ABP Juan
le cuenta a su psicólogo que el ha tenido problemas con su pareja, y es
probable que esos eventos hayan sucedido mientras él se encontraba bajo los
efectos del alcohol.
Existen 2 teorías que intentan explicar los efectos
psíquicos del alcohol, las cuales son, la teoría de la desinhición y la teoría
del aprendizaje social, la primera estable que las conductos agresivas no
pueden ser inhibidas por los mecanismos reguladores cuando una persona está
bajo los efectos del alcohol, los mecanismos controladores se miran alterados y
por ende, las personas son más agresivas o violentas, la segunda establece que
una persona es agresiva cuando está alcoholizada básicamente por las
influencias socioculturales, tradicionalmente se ha creado la relación entre
alcohol y violencia, sin embargo, está teoría está débilmente fundamentada
porque hay evidencias que muchas personas no son violentas cuando consumen
alcohol.
Cualquiera que sea el mecanismo de los efectos
psíquicos que el alcohol genera este traerá consecuencias como por ejemplo:
- El consumo de alcohol afecta gradualmente las
funciones cerebrales, en primer lugar a las emociones (cambios súbitos de
humor), los procesos de pensamiento y el juicio. Si continúa la ingesta de
alcohol se altera el control motor, produciendo mala pronunciación al hablar,
reacciones más lentas y pérdida del equilibrio.
ESTADÍSTICAS
MUNDIALES
Para los trastornos afectivos, de ansiedad y por
consumo de sustancias en adultos, graves y moderados, la mediana de la brecha
de tratamiento es de 73,5% en la Región de las Américas, 47,2% en América del
Norte y 77,9% en América Latina y el Caribe (ALC). La brecha para la
esquizofrenia en ALC es de 56,9%, para la depresión es de 73,9% y para el
alcohol es de 85,1%.
-En las Américas, 100.000 personas mueren por suicidio cada
año
-La mediana del gasto en los servicios de salud mental está a
nivel mundial en 2,8% del gasto total destinado a la salud.
-Los trastornos mentales y neurológicos en los adultos
mayores, como la enfermedad de Alzheimer, otras demencias y la depresión,
contribuyen significativamente a la carga de enfermedades no transmisibles.
-Los países de ingresos bajos gastan alrededor de 0,5% de su
presupuesto de salud en los servicios de salud mental, y los países de ingresos
altos, 5,1%.
-La depresión continúa ocupando la principal posición entre
los trastornos mentales, y es dos veces más frecuente en mujeres que
-El gasto público mediano en salud mental en toda la Región
es apenas un 2,0% del presupuesto de salud, y más del 60% de este dinero se
destina a hospitales psiquiátricos.
ESTADÍSTICAS EN COLOMBIA
-Depresión unipolar, trastorno bipolar, esquizofrenia,
epilepsia, consumo problemático de alcohol y otras sustancias psicoactivas,
Alzheimer y otras demencias, trastornos por estrés postraumático, trastorno
obsesivo compulsivo, trastorno de pánico e insomnio primario
-Alrededor de 8 de cada 20 Colombianos, presentaron trastornos
psiquiátricos alguna vez en la vida
-Ansiedad: 19,3%; Trastorno de estado de ánimo: 15%;
Trastorno de uso de sustancias psicoactivas: 10,6%
Ansiedad
Se comparte características de miedo ansiedad excesivos
El miedo es una respuesta emocional a una amenaza inminente,
real o imaginaria, mientras que la ansiedad es una respuesta anticipatoria a
una amenaza futura
Ambas respuestas se solapan, aunque también se pueden
diferenciar, estando el miedo frecuentemente asociado a accesos de activación
autonómica necesarios para la defensa o la fuga, pensamientos de peligro
inminente y conductas de huida, y la ansiedad está más a menudo asociada con
tensión muscular^ vigilancia en relación a un peligro futuro y comportamientos
cautelosos o evitativos
Los trastornos de ansiedad se presentan como como un tipo de
respuesta al miedo
Los trastornos de ansiedad se diferencian entre sí según el
tipo de objetos o situaciones que inducen el miedo
Los trastornos de ansiedad se diferencian del miedo o la
ansiedad normal propios del desarrollo por ser excesivos o persistir más allá
de los períodos de desarrollo apropiados. Se distinguen de la ansiedad o el
miedo transitorio, a menudo inducido por el estrés, por ser persistentes (p.
ej., suelen tener una duración de 6 meses o más
Es excesivo o desproporcionado lo realiza el clínico teniendo
en cuenta factores de contexto cultural. Muchos de los trastornos de ansiedad
se desarrollan en la infancia y tienden a persistir si no se tratan. La mayoría
aparece más frecuentemente en mujeres que en varones (aproximadamente en una
proporción de 2:1). Cada trastorno de ansiedad se diagnostica sólo cuando los
síntomas no son atribuidos a los efectos fisiológicos de una
sustancia/medicamento u otra afección médica, o no se explican mejor por otro
trastorno mental.
. La persona con trastornos de ansiedad por separación se
encuentra asustada o ansiosa ante la separación de aquellas personas por las
que siente apego en un grado que es inapropiado para el desarrollo. Existe
miedo o ansiedad persistente sobre los posibles daños que puedan sufrir las
personas por las que siente apego y sobre las situaciones que puedan llevar a
la pérdida o separación de las personas a quienes el sujeto está vinculado y
rechazo a separarse de estas personas de mayor apego, así como pesadillas y
síntomas físicos de angustia. A pesar de que estos síntomas a menudo se
desarrollan en la infancia, pueden expresarse también en la edad adulta.
. El mutismo selectivo se caracteriza por una incapacidad
para hablar en las situaciones sociales en que hay expectativa de hablar (p.
ej., en la escuela), a pesar de que la persona habla en otras situaciones. La
falta de habla tiene consecuencias significativas en los logros académicos o
laborales, o bien altera la comunicación social normal.
Los individuos con fobia específica presentan miedo hacia
situaciones u objetos precisos o los evitan. La cognición específica no es
característica de este trastorno, como en otros trastornos de ansiedad. El
miedo, la ansiedad y la evitación están casi siempre inducidos inmediatamente
por la situación fóbica, en un grado persistente o desproporcionado al riesgo
real planteado. Hay varios tipos de fobias específicas: animales, entorno
natural, sangre-inyecciones-heridas,
. En el trastorno de ansiedad social (fobia social), la persona siente miedo o ansiedad ante las interacciones sociales y las situaciones que implican la posibilidad de ser examinado, o bien las evita. Incluye interacciones sociales tales como reuniones con personas desconocidas, situaciones en las la persona puede ser observada comiendo o bebiendo, y situaciones en las que la persona ha de actuar ante otros. La ideación cognitiva es la de ser evaluado negativamente por los demás, por sentirse avergonzado, humillado o rechazado, o por ofender a otros.
En el trastorno de pánico, la persona experimenta recurrentes
e inesperadas crisis de pánico y es: persistentemente intranquila o preocupada
sobre tener nuevas crisis o cambia de manera desadaptativa su comportamiento
debido a las crisis de pánico (p. ej., evitación del ejercicio o de
situación.!! desconocidas). Las crisis de pánico se caracterizan por la
aparición súbita de síntomas de miedo malestar intensos que alcanzan su nivel
máximo en cuestión de minutos, acompañados de síntomas físicos y/o cognitivos.
Las crisis de pánico pueden ser esperadas, en respuesta a objetos o situaciones
típicamente temidas, o inesperadas, ocurriendo la crisis sin razón aparente.
Las crisis de pánico donan como marcadores y factores pronósticos de la
severidad, el curso y la comorbilidad de amplia variedad de trastornos,
incluidos, entre otros, los trastornos de ansiedad (p. ej., abuso sustancias,
trastornos depresivos y trastornos psicóticos). Por lo tanto, la crisis de
pánico puede ac como un especificador descriptivo de cualquier trastorno de
ansiedad, así como de otros trastornos mentales.
Los individuos con agorafobia se sienten temerosos o ansiosos
ante dos. o más de las siguientes situaciones: uso del transporte público,
estar en espacios abiertos, encontrarse en lugares cerrados! hacer cola o estar
en una multitud, y encontrarse solos fuera de casa en otras situaciones. La
persona teme estas situaciones debido a pensamientos sobre el desarrollo de
síntomas similares a la crisis de pánico u otros síntomas incapacitantes o
humillantes en circunstancias en las que escapar sería difícil o donde no se
podría disponer de ayuda. Estas situaciones casi siempre inducen miedo o
ansiedad y son evitadas a menudo, o requieren la presencia de un acompañante.
Las características principales del trastorno de ansiedad
generalizada son una ansiedad persistente y excesiva y una preocupación sobre
varios aspectos, como el trabajo y el rendimiento escolar| que la persona
percibe difíciles de controlar. Además, el sujeto experimenta síntomas físicos,
como; inquietud o sensación de excitación o nerviosismo, fatiga fácil,
dificultad para concentrarse o mente en blanco, irritabilidad, tensión muscular
y alteraciones del sueño. El trastorno de ansiedad inducido por
sustancias/medicamentos engloba la ansiedad debida la intoxicación o retirada
de sustancias o tratamientos médicos. En el trastorno de ansiedad debido a una enfermedad
médica, los síntomas de ansiedad son la consecuencia fisiológica de una
enfermé*! dad médica. Existen escalas específicas para cada trastorno que
sirven para caracterizar mejor su gravedad captar las variaciones de la misma a
lo largo del tiempo. Para facilitar su uso, particularmente en las personas con
más de un trastorno de ansiedad, estas escalas se han desarrollados con el
mismo formato (pero distinto enfoque) en todos los casos, con puntuaciones de
los síntomas conductuales; cognitivos y físicos relevantes de cada trastorno.
Un ataque de pánico es la aparición súbita de miedo intenso o
de malestar intenso que alcanza su máxima expresión en minutos y durante este,
tiempo se producen cuatro (o más) de los síntomas siguientes
La aparición súbita se puede producir desde un estado de
calma o desde un estado de ansiedad.
1. Palpitaciones,
golpeteo del corazón o aceleración de la frecuencia cardíaca.
2. Sudoración.
3. Temblor o sacudidas.
4. Sensación de dificultad para respirar o de asfixia.
5. Sensación de ahogo.
6. Dolor o molestias en el tórax.
7. Náuseas o malestar abdominal.
8. Sensación de mareo, inestabilidad, aturdimiento o desmayo.
9. Escalofríos o sensación de calor.
10. Parestesias
(sensación de entumecimiento o de hormigueo)..
11 desrealización (sensación de irrealidad) o
despersonalización (separarse de uno mismo).
12. Miedo a perder el
control o de “volverse loco".
13. Miedo a morir.
Se pueden observar síntomas específicos de la cultura (p.
ej., acúfenos, dolor de cuello, dolor de cabeza, gritos o llanto
incontrolable). Estos síntomas no cuentan como uno de los cuatro síntomas
requeridos.
1. Inquietud o preocupación continua acerca de otros ataques de pánico o de
sus consecuencias (p. ej., pérdida de control, tener un ataque al corazón,
“volverse loco”).
2. Un cambio significativo de mala adaptación en el comportamiento
relacionado con los ataques (p. ej.; comportamientos destinados a evitar los
ataques de pánico, como evitación del ejercicio o de las situaciones no
familiares).
3. Ó La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una
sustancia (p. ej., una droga, - -un medicamento) ni a otra afección médica (p.
ej., hipertiroidismo, trastornos cardiopulmonares). j la alteración no se
explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., los ataques de pánico no se
producen únicamente en respuesta a situaciones sociales temidas, como en el
trastorno de ansiedad social; en repuesta a objetos o situaciones fóbicas
concretos, como en la fobia específica; en respuesta a obsesiones, como en el
trastorno obsesivo-compulsivo; en respuesta a recuerdos de sucesos traumáticos,
como en el trastorno de estrés postraumático; o en respuesta SE-a la separación
de figuras de apego, como en el trastorno de ansiedad por separación)
Características diagnósticas:
Son inesperados e intensos, el pánico es un miedo intenso o malestar intenso que alcanza que alcanza su máximo en cuestión de minutos y durante ese tiempo se producen cuatro o más síntomas físicos y cognitivos de una lista de 13 síntomas
- El término inesperado se refiere a un ataque de pánico para
el que no hay señal obvia o desencadenante en el momento de la aparición -es
decir, el ataque parece ocurrir a partir de la nada, como cuando el individuo
se relaja, o aparece durante el sueño (ataque de pánico nocturno
- Los ataques de pánico esperados son aquellos para los
cuales existe una señal obvia o un desencadenante, como una situación en la que
normalmente aparecen los ataques de pánico
La determinación de si los ataques de pánico son esperados o
inesperados debe hacerla el clínico, que realiza este juicio basándose en la
combinación de un interrogatorio cuidadoso en cuanto a la secuencia de los
eventos anteriores o previos al ataque y la propia opinión del individuo sobre
si el ataque ha aparecido con una razón aparente o sin ella
Pueden influir a la
clasificación las interpretaciones culturales
La frecuencia y la gravedad de los ataques de pánico varían
ampliamente. En cuanto a la frecuencia, algunos individuos presentan las crisis
con una periodicidad moderada (p. ej., una vez a la semana) pero regular desde
unos-meses antes hasta el momento actual. Otros describen breves salvas de
crisis más frecuentes (p. ej., cada día) separadas por semanas o meses sin
padecer un solo ataque, o bien los presentan con una frecuencia
considerablemente menor (p. ej., dos cada mes) durante un período de varios
años. Las personas que tienen ataques de pánico infrecuentes se parecen a que
tienen ataques más frecuentes en lo que se refiere a síntomas, características
demográficas, comorbilidad con otros trastornos, antecedentes familiares y
datos biológicos
En cuanto a la gravedad, las personas con trastorno de pánico
pueden tener ataques completos (cuatro o más síntomas) o limitados (menos de
cuatro síntomas), y el número y el tipo de los síntomas con frecuencia difieren
entre un ataque de pánico y el siguiente. Sin embargo, va a ser necesaria más
de una crisis inesperada con síntomas completos para el diagnóstico del
trastorno de pánico
Son frecuentes las preocupaciones sociales, como la vergüenza
o el miedo a ser juzgados negativamente por los demás, debido a los síntomas
evidentes del ataque de pánico, y la creencia de que las crisis de pánico
indican que uno se está "volviendo loco", que se está perdiendo el
control o que suponen cierta debilidad emocional
Características asociadas
que apoyan el diagnóstico:
-Pánico nocturno: es inesperado, esto es, despertar del sueño
a un estado de pánico, que difiere de la crisis de pánico que se produce
después de despertar totalmente del sueño,
Refieren sensaciones constantes o intermitentes de ansiedad
que están más relacionadas en líneas generales con problemas de salud física y
salud mental. Por ejemplo, las personas con trastorno de pánico a menudo prevén
que un síntoma físico leve o el efecto secundario de un medicamento va a tener
un resultado catastrófico
(p. ej., piensan q pueden tener una enfermedad cardíaca o que
un dolor de cabeza: significa la presencia de un tumor cerebral). Estos individuos a menudo son relativamente
intolerantes a los efectos secundarios de la medicamentos Además puede haber
preocupaciones generalizadas sobre si será posible completar las tareas diarias
soportar el estrés diario, un uso excesivo de drogas (p. ej., alcohol,
medicamentos o drogas) para contro1 los ataques de pánico o comportamientos
extremos dirigidos a controlar dichos ataques
Prevalencia
En Estados Unidos en varios países europeos está en tomo al
2-3 % en los adultos y los adolescentes
Se han documentado estimaciones más bajas para los países
asiáticos, africanos y latinoamericanos, que van del 0,1 al 0,8 %. 1. mujeres
se ven afectadas con más frecuencia que los varones, en una proporción de
aproximadamente 2:1. La diferenciación entre ambos géneros se produce en la
adolescencia y ya es observable antes de1 edad de 14 años. Aunque los ataques
de pánico pueden aparecer en los niños, la prevalencia global d trastornos de
pánico es baja antes de los 14 años de edad (< 0,4 %). Los índices del
trastorno de pánico muestran un aumento gradual durante la adolescencia
Desarrollo y curso
El curso normal, si el trastorno no se trata, es crónico pero
con oscilaciones. Algunos individuos pueden tener brotes episódicos con años de
remisión entre ellos, y otros pueden ten una sintomatología intensa continua.
Sólo una minoría de los individuos alcanza una remisión completa durante
algunos años sin ninguna recaída posterior. El curso del trastorno de pánico
habitualmente complica por una serie de trastornos, en particular por otros
trastornos de ansiedad, trastornos por uso d sustandas y trastornos depresivos
El trastorno de pánico es muy poco frecuente en la infancia,
la primera aparición de "episodios de miedo" a menudo se remonta de
forma retrospectiva a la niñez. Como en los adultos, el trastorno de pánico en
los adolescentes tiende .a tener un curso crónico y suele ser comórbido con
otros trastornos de ansiedad, con la depresión y con el trastorno bipolar
Hasta la fecha no se han encontrado diferencias de
presentación clínica entre los adolescentes y los adultos. Sin embargo, los
adolescentes, pueden estar menos preocupados por los ataques de pánico que los
adultos jóvenes.
Se observó que muchas "personas mayores con
"sentimientos de pánico" parecían presentar un cuadro
"híbrido" de ataques de de pánico o con síntomas limitados y ansiedad
generalizada. También, los adultos mayores tienden a atribuir sus ataques de
pánico a ciertas situaciones estresantes, como un procedimiento médico o
situaciones sociales
En los adultos mayores será necesario un cuidadoso interrogatorio
para evaluar si los ataques de pánico son esperados o inesperados antes de
entrar en la situación y asi no pasar por alto los ataques de pánico
inesperados y el diagnóstico de trastorno de pánico
Factores de riesgo
Temperamentales. La afectividad negativa
(neuroticismo) (esto es, la predisposición a experimentar emociones negativas)
y la sensibilidad a la ansiedad (esto es, la disposición a creer que los sínto-
;jp mas de ansiedad son perjudiciales) son factores de riesgo para la aparición
de ataques de pánico y, de manera independiente, para preocuparse por los
ataques de pánico, aunque se desconoce su implicación en el riesgo para el
diágnóstico del trastorno de pánico. Una historia de "episodios de
miedo" (esto es, ataques con síntomas limitados que no cumplen todos los
criterios durante una crisis de pánico) puede ser un factor de riesgo para los
ataques de pánico y el trastorno de pánico posterior. Aunque la ansiedad por
separación en la infancia, sobre todo cuando es grave, puede preceder al
desarrollo posterior de un trastorno de pánico, no siempre es un factor de
riesgo.
Ambientales. La
historia de experiencias infantiles de abusos sexuales y malos tratos físicos
es más frecuente en el trastorno de pánico que en algunos otros trastornos de
ansiedad. Fumar es un factor de riesgo para los ataques de pánico y el
trastorno de pánico. La mayoría de las personas refiere factores de estrés
identificables en los meses previos a su primer ataque de pánico (p. ej.,
factores estresantes interpersonales y factores de estrés relacionados con el
bienestar físico, como experiencias negativas con drogas o fármacos,
enfermedades o una muerte en la familia).
Genéticos y fisiológicos.' Se cree que hay múltiples genes
que confieren vulnerabilidad para el trastorno de pánico. Sin embargo, siguen
siendo desconocidos los genes exactos, los productos génicos y las funciones
relacionadas con las regiones genéticas. Los modelos actuales de sistemas
neuronales para el trastorno de pánico resaltan el papel de la amígdala y de
las estructuras relacionadas, que también están implicadas en otros trastornos
de ansiedad. Hay un aumento del riesgo para el trastorno de pánico entre los
hijos de los padres con ansiedad, depresión y trastornos bipolares. Algunas
dificultades respiratorias, como el asma, se asocian con el trastorno de pánico
en cuanto a antecedentes personales, familiares y de comorbilidad
ASPECTOS DIAGNÓSTICOS
RELACIONADOS CON LA CULTURA:
Las preocupaciones específicas sobre los ataques de pánico o
sobre sus consecuencias tienden a variar de una cultura a otra (y también a
través de los diferentes grupos de edad y género). Para trastorno de pánico,
las muestras poblacionales estadounidenses de blancos no latinos presentan
deterioro funcional significativamente menor que las de afroamericanos. También
hay mayores índices de gravedad definida objetivamente en los negros caribeños
no latinos con trastorno de pánico menores tasas de trastorno de pánico global
tanto en los afroamericanos como en los afrocaribeñ lo que sugiere que, en los
individuos de ascendencia africana, los criterios del trastorno de pánico s se
satisfacen cuando el trastorno es grave y existe un deterioro sustancial.
Aspectos diagnósticos
relacionados con el género Las características clínicas del trastorno de pánico no
parecen diferir entre los varones y las muje. Hay algunas pruebas de dimorfismo
sexual, con una asociación entre el trastorno de pánico y el g de la
catecol-O-metiltransferasa (COMT) sólo en las mujeres
Marcadores diagnósticos Agentes con diferentes
mecanismos de acción, como el lactato de sodio, la cafeína, el isoproterenó la
yohimbina, el dióxido de carbono y la colecistocinina, pueden provocar ataques
de pánico, en ló individuos con trastorno de pánico, en un grado mucho mayor
que en los controles sanos (y en alg : nos casos, mucho mayor que en los
individuos con otros trastornos de ansiedad, trastorno depresivo o trastorno
bipolar sin ataques de pánico). Además, en un porcentaje de individuos con
trastorno de pánico, los ataques de pánico se relacionan con detectores
medulares hipersensibles al dióxid de carbono, lo que ocasiona hipocapnia y
otras irregularidades respiratorias. Sin embargo, ninguno d estos resultados de
laboratorio se considera diagnóstico para el trastorno de pánico.
Riesgo de suicidio
Los ataques de pánico
y un diagnóstico de trastorno de pánico en los últimos 12 meses están
relacionad con una mayor tasa de intentos de suiddio y de ideación suidda en
los últimos 12 meses, incluso si se consideran la comorbilidad, los
antecedentes de maltrató infantil y otros factores de riesgo dé suicidio.
Consecuencias funcionales del
trastorno de pánico
se asocia con altos niveles de discapaddad social l,
ocupacional y física, costes económicos
. micos considerables y un mayor número de visitas médicas relacionadas
con los trastornos de angustia]; aunque estos efectos van a ser más intensos
cuando se presenta agorafobia. Los individuos con trastorno de pánico pueden
ausentarse con frecuencia del trabajo o de la escuela para ir al médico y a los
servicios de urgencias, lo que puede conducir al desempleo o ai abandono
escolar. En los adultos mayores, el deterioro se puede observar durante las
tareas de cuidado y las actividades de voluntariado. Los ataques de pánico con
síntomas completos típicamente se asocian con una mayor morbilidad (p. ej., una
mayor utilización de los centros dé salud, más discapacidad, peor calidad de
vida) que los ataques de síntomas limitados.
DEPRESIÓN
La depresión es un trastorno mental caracterizado
fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y sentimientos de tristeza,
asociados a alteraciones del comportamiento, del grado de actividad y del
pensamiento.
Supone una de las patologías más frecuentes en Atención
Primaria y es la primera causa de atención psiquiátrica y de discapacidad
derivada de problemas mentales.
Signos y síntomas
Los síntomas nucleares de la depresión son la tristeza
patológica, la pérdida de interés y de la capacidad de disfrutar y una
disminución de la vitalidad que limita el nivel de actividad y produce un
cansancio exagerado, que aparece incluso después de realizar pequeños
esfuerzos.
Además, pueden aparecer otros síntomas, como los sentimientos
de culpa o de incapacidad, la irritabilidad, el pesimismo ante el futuro, las
ideas de muerte o de suicidio, la pérdida de confianza en uno mismo o en los
demás, la disminución de la concentración y la memoria, la intranquilidad, los
trastornos del sueño y la disminución del apetito y de la libido-
Los síntomas más habituales son: Tristeza patológica, pérdida
de interés, disminución de la vitalidad y cansancio exagerado.
Causas
La depresión se produce generalmente por la interacción de
unos determinados factores biológicos (cambios hormonales, alteraciones en los
neurotransmisores cerebrales como la serotonina, la noradrenalina y la
dopamina, componentes genéticos, etc.), con factores psicosociales
(circunstancias estresantes en la vida afectiva, laboral o de relación) y de
personalidad (especialmente, sus mecanismos de defensa psicológicos).
Factores de riesgo:
- Rasgos
de personalidad
- Situaciones traumáticas o estresantes
- Orientación
sexual
- Antecedentes
trastornos de salud mental
- Abuso
de SPA
- Medicamentes
Tipos de depresión:
Las depresiones pueden clasificarse de una manera sencilla en
3 tipos.
La depresión mayor tiene un origen más biológico o endógeno,
con un mayor componente genético y menor influencia de factores externos. Puede
aparecer de manera recurrente y, en algunos casos, guarda una cierta relación
con la estación del año.
La distimia, antiguamente conocida como neurosis depresiva,
que se caracteriza por un cuadro depresivo de intensidad menor a los
anteriores, de evolución crónica (más de dos años), sin periodos asintomáticos
y con sentimientos de incapacidad y somatizaciones. Este último tipo de
depresión parece guardar una relación más estrecha con la forma de ser y con el
estrés prolongado.
Por último, existe un tipo de depresión denominada
enmascarada, que en vez de manifestarse con los síntomas ya referidos, aparece
como molestias orgánicas somatizaciones- o cambios en la conducta.
Diagnóstico:
Encontrarse en un momento determinado más triste o con
el estado de ánimo más bajo no es suficiente para un diagnóstico de depresión.
Para eso, es preciso que la intensidad de los síntomas, su duración (al menos,
2 semanas) y la incapacidad que generan, sean de una entidad suficiente como
para afectar el normal o adecuado funcionamiento de la persona.
- Entrevista diagnóstica.
- Descarte de enfermedad
orgánica mediante: pruebas diagnósticas y valoración por otros especialistas.
- Pruebas de psicodiagnóstico.
Tratamiento:
El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es fundamental una adecuada relación médico-paciente. Básicamente, el tratamiento se compone de psicoterapia y farmacoterapia.
Con la psicoterapia, se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas.
Como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes.
Por último, el tratamiento electroconvulsivo, que se realiza en algunas circunstancias (depresión mayor grave del adulto, depresión resistente), bajo control anestésico y miorrelajación. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y transitorios.
La quinta edición del DSM divide la anterior clasificación de “trastornos del estado de ánimo” en “trastornos depresivos” y “trastorno bipolar y trastornos relacionados”. El DSM-5 no introduce cambios significativos respecto a los criterios diagnósticos de la anterior edición revisada (DSM-IV-TR) para el episodio de depresión mayor, a excepción de las modificaciones y especificaciones para describir el estado clínico actual que se comentan a continuación. La característica esencial continúa siendo un período de al menos 2 semanas consecutivas en el que la persona manifiesta un mínimo de 5 síntomas de los cuales al menos uno tiene que ser estado de ánimo depresivo o disminución del interés o placer por todas o casi todas las actividades
POLÍTICA NACIONAL DE SALUD MENTAL
La Política Nacional de Salud
Mental busca posicionar la salud mental como agenda prioritaria para el país,
tal como lo promulga la Ley 1616 de 2013, propone la búsqueda de óptimas
condiciones de equilibrio y bienestar humano en término de logros de desarrollo
integral desde una perspectiva de capacidades y derechos humanos, y reconoce la
salud como un derecho fundamental.La politica recomienda:
1. Orientar programas de
promoción que fortalezcan las habilidades psicosociales individuales y
colectivas, la cohesión social y gestionen entornos saludables, resilientes y
protectores.
2. Orientar programas de prevención que
articulen los sistemas y servicios de salud mental con los dispositivos de base
comunitaria.
3. Fortalecer la respuesta de
los servicios de salud con enfoque de atención primaria en salud.
4. Promover la rehabilitación
basada en la comunidad y la inclusión social.
5. Optimizar los sistemas de información y de gestión del conocimiento, así como la articulación sectorial e intersectorial.
EJES DE LA POLÍTICA NACIONAL DE SALUD MENTAL
Los ejes de política orientan
estratégicamente las acciones sectoriales, intersectoriales, sociales y
comunitarias que garantizan el ejercicio pleno de la salud mental como parte
integral del derecho a la salud de la población que reside en el territorio
colombiano con enfoque de atención primaria en salud.
Considerando que esta
Política se armoniza con la Política de Atención Integral en Salud y el Modelo
Integral de Atención en Salud, los ejes que se describen a continuación se
desarrollarán a través de las Rutas Integrales de Atención en Salud – RIAS-,
toda vez que estas son las herramientas que orientan a los agentes del Sistema
de Salud (territorio, asegurador, prestador) y de otros sectores, acerca de las
condiciones necesarias para asegurar la integralidad en la atención a partir de
acciones para promover el bienestar y el desarrollo de los individuos en los
entornos, así como las intervenciones para la prevención, diagnóstico,
tratamiento, rehabilitación y paliación. En tal virtud, se plantean los
siguientes ejes de la Política:
1. Promoción de la
convivencia y la salud mental en los entornos:
● Agrupa todas aquellas
acciones intersectoriales orientadas al desarrollo de capacidades individuales,
colectivas y poblacionales que reconozcan a los sujetos ejercer y gozar de los
derechos, y por esta vía vivenciar una salud mental para afrontar los desafíos
de la vida, trabajar y establecer relaciones significativas y contribuir a un
tejido comunitario basado en relaciones de poder equitativas, dignas y justas
para todas y todos. Tiene como objetivo
crear las condiciones individuales, sociales y ambientales para el desarrollo
integral de las personas, promoviendo y manteniendo el bienestar emocional y
social.
2. Prevención de los
problemas de salud mental individuales y colectivos, así como de los trastornos
mentales y epilepsia.
● Se refiere a las medidas destinadas a prevenir la aparición de la enfermedad, tales como la reducción de factores de riesgo y las dirigidas a detener su avance y atenuar sus consecuencias, una vez establecida. En salud mental, la prevención se enfoca primordialmente en la modificación de conductas y condiciones de riesgo en personas, familias y comunidades, tales como la vivencia de hechos traumáticos, el consumo de alcohol y otras sustancias psicoactivas, el bajo apoyo social y la disfuncionalidad familiar. Tiene como objetivo mejorar la capacidad de respuesta individual, familiar, comunitaria e institucional, orientando acciones para gestionar los riesgos en salud mental y epilepsia en los entornos donde las personas se desarrollan.
3. Atención Integral de los
problemas, trastornos mentales y epilepsia. (Tratamiento integral)
● Se refiere a la organización y complementariedad de las acciones de los actores del sistema de salud para responder a las necesidades de atención de las personas, familias y comunidades. Según la Política Integral de Atención en Salud, la integralidad en la atención comprende la igualdad de trato y oportunidades en el acceso (principio de equidad) y el abordaje integral de la salud y la enfermedad. Para su desarrollo requiere adicionalmente de la integración exitosa de la salud mental a la atención primaria de salud mental que promueve el respeto de los derechos humanos. Tiene como objetivo disminuir el impacto de la carga de enfermedad por problemas y trastornos mentales, violencia interpersonal y epilepsia en las personas, familias y comunidades, aumentando la oportunidad, el acceso, la aceptabilidad, la calidad, la continuidad y la oferta de servicios de salud mental
4.Rehabilitación integral e
Inclusión social.
● Es el proceso continuo y coordinado, tendiente a obtener la restauración máxima en los aspectos funcionales físicos, psicológicos, educativos, sociales, y ocupacionales, con el fin de lograr equiparación de oportunidades e integración social de todas las personas con discapacidad. Incluye la rehabilitación psicosocial y continua en la comunidad con apoyo directo de los entes de salud local. Tiene como objetivo lograr la rehabilitación integral y la inclusión (social, familiar, laboral/ocupacional, educativa, religiosa, política y cultural), de las personas con problemas y trastornos mentales, sus familias y cuidadores, mediante la participación corresponsable de los diferentes sectores en el desarrollo de acciones que transforman los entornos (familiar, laboral, educativo, comunitario e institucional), hacia la construcción de comunidades más incluyentes, favoreciendo el desarrollo humano y la calidad de vida de todos sus miembros
5. Gestión, articulación y
coordinación sectorial e intersectorial.
● Se refiere, en principio, a la
integración de varios sectores con una visión conjunta para resolver problemas
sociales; es así que todas las políticas públicas que busquen el desarrollo
global y el mejoramiento de la calidad de vida de la población, deben ser
planeadas e implementadas intersectorialmente. Desde la perspectiva de las
políticas en salud se considera que la articulación y coordinación entre
sectores posibilita la búsqueda de soluciones integrales aprovechando
productivamente los recursos (saberes, experiencias, medios de influencia,
recursos económicos, etc.) y las diferencias existentes. Tiene como objetivo
promover el goce efectivo del derecho a la salud, la dignidad, el bienestar y
la calidad de vida de las personas en sus diferentes entornos de desarrollo
mediante la articulación de los diferentes procesos de gestión de la salud
pública a los objetivos, principios y alcance de la presente Política Nacional
de Salud Mental.
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