Primer ABP
La violencia intrafamiliar es cualquier tipo de abuso de poder de parte de un miembro de la familia sobre otro. Este abuso incluye maltrato físico, psicológico o de cualquier otro tipo de manera repetitiva.
La violencia intrafamiliar es uno de los contextos sociales que ha generado preocupación y alerta durante la emergencia sanitaria, dado que normalmente estos hechos se desarrollan en la vivienda. Por esta razón, la OMS en un estudio realizado en junio del 2020, alertaba acerca que el hogar no siempre es un lugar seguro para las víctimas y que por las medidas que muchos países implementaron para evitar la propagación de COVID-19, podía generar aumentos de la violencia en este contexto
En
un informe del observatorio colombiano de las mujeres se presentaba, que en los
indicadores de marzo y abril del 2020 se registró un aumento de llamadas
efectivas a la línea de atención de violencia en un 142% con respecto al año
2019, esto independiente que la víctima fuera hombre o mujer; sin embargo, llama
la atención que el observatorio señala, que tanto en los datos del 2019 como en
los del 2020, más del 90% de las llamadas por violencia intrafamiliar, fueron
realizadas por mujeres.
ONU Mujeres nos describe que antes que apareciera el COVID-19, la violencia doméstica ya era una de las violaciones de los derechos humanos más flagrantes y que con el avance de la pandemia, la cifra de violencia doméstica puede aumentar impactando en el bienestar de las mujeres, su salud sexual, reproductiva y mental, asimismo la capacidad de liderar la recuperación de nuestras sociedades y economías sus participaciones en ella se pueden ver afectadas por el contexto en el que se desarrolle
Clasificación:
Abuso verbal: Las palabras suelen tener un impacto positivo o negativo en las personas, por eso, es común que estas sean utilizadas como maltrato, específicamente al momento de humillar, menospreciar o herir al otro miembro de la familia.
Abuso emocional o psicológico: En este aspecto se tiene en cuenta todo lo que relacionado con jerarquía de poder, y hace especial referencia a descalificar al otro porque tienes (o consideras que tienes) “mayor poder”. Esta es una forma de violencia donde se ejerce control a través del miedo, la degradación y la intimidación.
Aislamiento: Querer controlar cada aspecto de la vida de tu pareja, o de cualquier miembro de tu familia, como por ejemplo: convivencia con otros, actividades personales, uso del celular, salidas, etc, con el fin de generar desconexión por parte de la otra persona del mundo exterior y hacer que su atención se centre únicamente en ti.
Económico: Hacer sentir que por ser quien más aporta económicamente tienes el poder de manejar, controlar o manipular a los demás a tu antojo, este es el primer síntoma de este tipo de maltrato. Bajo la premisa “yo tengo dinero y tú no” te sientes respaldado de cada acción o decisión que tomas dentro de tu hogar.
Abuso sexual: Este es quizás (y lamentablemente) uno de los tipos de abuso más comunes, y hace referencia a conductas que atentan contra los derechos sexuales y reproductivos de tu pareja o de cualquier miembro de tu familia sin su consentimiento. Tocar, observar, obligar a alguien más a hacer lo que tú le pides para obtener placer, es abuso.
Abuso físico: Finalizamos con el más reconocido, que se enfoca en conductas que maltratan a la persona de manera física, golpeándola, generalmente, porque no hace las cosas como quisieras que las realizara.
Causas:
La violencia intrafamiliar no surge por una sola causa, sino, más bien, debe considerarse como un problema multicausal, pues este surge o se desencadena a raíz del desbalance en una (o varias) de las siguientes esferas:
-Social.
-Individual.
-Política.
-Comunitaria.
-Psicológica.
-Económicas.
-Comunicación.
-Maltrato durante la niñez.
Factores de riesgo:
Pérdida de empleo, aislamiento, consumo de SPA, estrés y alcoholismo.
Consecuencias:
Las consecuencias que pueden derivarse de la violencia intrafamiliar, dependen de cómo te relacionas tú con el maltrato, ¿esto que quiere decir? Que el impacto de esta situación de conflicto no es asumido de la misma forma por todos los seres humanos, pues esta varía de acuerdo con determinadas habilidades sociales y culturales, como por ejemplo: Separación de la familia, pérdida de la armonía, trastornos emocionales y disminución en la producción laboral y académica según sea el caso.
Contexto:
Juan es el menor de dos hermanos, él vivía en el municipio del Plateado con sus dos padres y su hermano. Como cualquier forma de violencia, la violencia familiar tiene consecuencias no solo en la víctima directamente, sino que también deja secuelas en los hijos, inclusive también el agresor puede tener secuelas importantes que alteran su calidad de vida y su salud mental en general.
Analizando el caso de Juan, el comportamiento y el maltrato que este le brinda a su novia, puede estar explicado porque él adoptó y se identificó con el rol de su padre el cual creía tener el poder en su núcleo familiar.
Por otra parte, el consumo de alcohol recurrente que Juan tiene podría ser una consecuencia conductual de la violencia a nivel intrafamiliar, según la OMS las víctimas directas o indirectas de violencia pueden refugiarse en el consumo de alcohol y drogas como mecanismo de defensa o como forma de escape de la realidad, el alcohol exacerba o incrementa la violencia, produciéndose mayor intensidad de violencia cuando se consume alcohol.
CONSECUENCIAS DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:
1.
CONSECUENCIAS DE LA VÍCTIMA:
Según
la asociación Americana de psicología (1999) la violencia doméstica es la
principal causante de la reducción de la calidad de vida, daño y muerte para la
mujer.
Otros estudios refieren los malos tratos como la tercera causa de muertes prematuras y secuelas físicas y psicológicas en las mujeres, estos datos reflejan la importancia que hay que prestarle a esta problemática, que lastimosamente incluso hoy en día y en nuestro contexto es muy común, hay una serie de razones por las cuales las víctimas de violencia intrafamiliar no denuncian, las cuales son:
-Esperanza
de que la situación cambie.
-Miedo
a las represalias hacia ella o sus hijos.
-Vergüenza
ante la sensación de fracaso o culpa.
-Tolerancia
a los comportamientos violentos.
-Dependencia
de la pareja.
-Miedo
al aparato judicial.
-Ignorancia
de a quién acudir.
-Falta de apoyo familiar, social y económico.
A
largo plazo el maltrato sostenido acarrea secuelas en varias esferas de la
vida, entre ellas estarían:
1.a CONSECUENCIAS FÍSICAS: (entre las cuales podrían estar laceraciones y abrasiones, reducción en el funcionamiento físico, entre otras).
1.b CONSECUENCIAS PSICOLÓGICAS Y CONDUCTUALES: como por ejemplo, abuso de alcohol y drogas, depresión y ansiedad, fobias y trastornos de pánico, este último se puede explicar porque el agresor, controla la vida social de la víctima, a largo plazo la víctima pierde la confianza en sí misma, también puede ser porque la depresión y ansiedad llevan a la víctima a entrar en períodos prolongados de encierro que posteriormente le causan problemas en la formación de vínculos interpersonales.
1.c CONSECUENCIAS A NIVEL DE LA SEXUALIDAD Y REPRODUCCIÓN DEL INDIVIDUO, en esta esfera la víctima puede tener diversos trastornos, como por ejemplo, pérdida del deseo sexual o disfunción sexual, a nivel reproductivo, las víctimas pueden verse afectadas porque incrementan los casos de embarazos no deseados, esto podría ser porque las víctimas, a pesar de que quieran reproducirse no quieren que sus hijos sean víctimas del agresor
2.
CONSECUENCIAS DEL AGRESOR: El agresor no cursa sin tener dificultades en su vida, él
como toda persona también tiene emociones, sentimientos y pensamientos, algunas
consecuencias que tiene el agresor podrían ser:
- Incapacidad de disfrutar de la intimidad con
su pareja.
-Riesgo de pérdida de esposa e
hijos.
-Riesgo de detención y condena.
-Aislamiento y pérdida del
reconocimiento social.
-Sentimientos de fracaso,
frustración y resentimiento.
-Rechazo familiar y social.
-Dificultad para solicitar ayuda psicológica y psiquiátrica.
A nivel investigativo es poca la importancia que se le da al agresor, debería prestarse mayor atención puesto que la violencia familiar se desarrolla como un proceso cíclico, por ejemplo en el caso de Juan, en la primera parte de su vida él pudo ser víctima, sin embargo, en su etapa adulta está tomando el rol de agresor
3.
CONSECUENCIAS EN LOS HIJOS:
Los hijos pueden percibir la violencia directa e indirectamente, se trata de violencia directa si el agresor violenta a sus hijos física o verbalmente, y es violencia indirecta si los hijos presencian los actos violentos de los padres, además es de esperarse que la víctima cambie los patrones y su percepción de la vida, es por eso que en algunos casos la madre descuida a sus hijos y estos toman roles que no son los adecuados para su edad.
Independiente
del tipo de violencia que presencian los hijos, ellos tendrán secuelas en
varias esferas de la vida, entre ellas están:
3.1 Desarrollo social:
-
Dificultades de interacción social.
-
Problemas de agresividad.
-
Inhibición y miedo.
De esta manera se mira alterado el desarrollo personal del individuo, trayendo problemas a la hora de formar vínculos interpersonales, los cuales son fundamentales en los sectores educativos, laborales y de ocio del individuo.
3.1. Desarrollo emocional: aquí también hay graves consecuencias, entre las
cuales están:
-
Falta de empatía.
-
Dificultades para la expresión emocional.
-
Ansiedad y tristeza.
-
Internalización de roles no correspondientes a su edad, en muchos casos los
hijos intentan proteger a sus madres y las circunstancias de los conflictos a
nivel familiar obligan a madurar mentalmente más rápido a los hijos, sobre todo
al hermano mayor.
Una de las consecuencias a largo plazo de la exposición de menores a la violencia es el aprendizaje de las conductas violentas que observan o experimentan dentro de su hogar. Partiendo de la base de que la familia es el agente socializador más importante a edades tempranas, los niños que crecen en hogares violentos tienden a interiorizar una serie de creencias y valores negativos entre los que se encuentran los estereotipos de género, las desigualdades entre el hombre y la mujer, las relaciones con los demás y sobre la legitimidad del uso de la violencia como medio de resolver conflictos.
Cómo
conclusión, la violencia doméstica se transmite, las mujeres generalmente
siguen el ejemplo de la madre, se vuelven sumisas y se permiten ser violentadas
verbal o físicamente, mientras que los hijos varones siguen el ejemplo de sus
padres, los cuales creen que tienen superioridad sobre las mujeres.
VIOLENCIA
FEMENINA
La violencia intrafamiliar es un fenómeno grave que
afecta a la sociedad actualmente, es por eso que según Morales y Namicela
(2014), la violencia familiar es toda acción que es cometida por un integrante
de la familia, siendo estas agresión física, psicológica, emocional, verbal,
sexual, económica, humillación, privaciones o explotación. La violencia
doméstica es el aspecto más visible de una situación de abuso de poder, en el
que la persona más fuerte y con más recursos -habitualmente el hombre, pero no
exclusivamente- trata de controlar a su pareja, a la que percibe como
vulnerable e indefensa, desahogándome así de sus problemas cotidianos. Por lo
general, la mayoría de personas que reportan violencia doméstica son mujeres,
apenas un pequeño porcentaje de hombres lo hacen. Sin embargo, muchos hombres
no reportan ser víctimas de violencia intrafamiliar debido al miedo de ser
humillados o a la burla de la sociedad
Sin embargo, en los últimos años se ha venido
produciendo un cambio de roles respecto al esquema habitual de la violencia
doméstica y han comenzado a analizarse casos donde es la mujer la agresora y el
hombre la víctima. Esto es especialmente observable en las mujeres más jóvenes,
que en determinados casos desarrollan comportamientos agresivos que sufren
tanto su pareja como, en otro orden de cosas, sus hijos, padres o hermanos. En
cualquier caso, los escasos estudios disponibles aclaran que estos
comportamientos son mucho menos frecuentes en mujeres que en hombres.
CARACTERÍSTICAS DE LA VIOLENCIA FEMENINA
Las características más significativas son las
siguientes:
1. Se trata de una violencia más psicológica que
física: caracterizada por la presencia de humillaciones (Abusos económicos,
indiferencia afectiva, aislamiento familiar, etc.) y todo tipo de desvalorizaciones.
2. Se produce más frecuentemente al producirse algún
tipo de asimetría en la relación: son característicos los casos en los que el
rol del hombre es inferior al de la mujer –a nivel profesional, por ejemplo- o bien la
diferencia de edad es notable.
3. La violencia física es muy poco frecuente, pero
cuando estalla se manifiesta de forma muy intensa: Suele darse como respuesta a
malos tratos repetidos, defensa propia o situaciones de intenso temor.
El modo de resolución de algunos divorcios puede ser
una forma de violencia psicológica para los hombres, dado que pueden suponer
una dificultad importante de cara al mantenimiento de los vínculos emocionales
con los hijos. Así, en los casos en que realmente exista este interés, el hombre
puede sentirse afectado a nivel psicológico por tener que hacerse cargo de
determinadas obligaciones económicas sin poder disfrutar plenamente –o en
ocasiones de ninguna manera- de la relación paterno-filial.
Por último, resulta interesante reseñar la escasa frecuencia de los asesinatos protagonizados por mujeres. En estos casos el móvil más habitual suele ser la defensa ante un ataque inicial de su pareja o, más frecuentemente, una sensación incontenible de desesperación y de abandono –resultado generalmente de los malos tratos reiterados y de la agresividad contenida-, que lleva a la mujer a considerar este paso como la única salida posible para ella y sus hijos. Por tanto, el temor intenso funcionaría como un precipitante de los comportamientos agresivos contra su pareja.
FACTORES
PSICOSOCIALES
Los factores psicosociales que más traspasan la
barrera de la unión de pareja están asociados a factores individuales,
culturales, económicos y sociales que potencian la problemática de la agresión
hacia el hombre, donde es claro que el asiento familiar marca una directriz
importante en la conducta agresora de la mujer, una conducta destructiva vista
en el seno familiar en el que construyo su forma de ser y actuar, un
enfrentamiento continuo de su propio yo sobre la premisa de no ser “dominada”
por un hombre, y en últimas, un afrontamiento pasivo no superado que requiere
en la mujer la necesidad de establecerse por encima del hombre así sea bajo una
estrategia de agresividad y posesión.
Factores psicosociales que inciden de manera directa
en la violencia hacia los hombres:
● Influencia cultural
● Participación social y
económica de la mujer
● Estereotipos familiares
● Afrontamiento pasivo del
hombre
● Preservación social de la
familia
● Rechazo social y abandono
Los hallazgos sugieren que existe una realidad marcada
del maltrato hacia el hombre por parte de la mujer en especial en el entorno
familiar y vida de pareja asociada a variables de tipo cultural, social y
económico, en la que la mujer toma dominancia y en la que el hombre se ve en
una posición de vulnerabilidad. Además, la mujer como referente generador de
violencia se caracteriza por su visión feminista que pretende la dominancia
sobre el hombre a través de la agresión física, sexual y psicológica.
La cultura y costumbres del colombiano, del Latino, y
de todos aquellos países de habla Hispana, han estado inmersas en las
diferentes formas de violencia, donde en el caso particular de la Violencia
Intrafamiliar (VIF), aludida primordialmente en la relación de pareja, ha tenido
como víctima preferencial a la mujer, sin que se escapen de este escenario los
niños y niñas, así como el mismo hombre, quien a pesar de haberse establecido
en el arraigo cultural y social del individuo como un sujeto de carácter que
implementa una imagen “machista” y dominante, ha venido siendo en los últimos
años, objeto de agresiones, lesiones y muertes por parte de sus parejas.
Asociado a esto, en el mundo occidental existen
ciertos paradigmas frente al poder dentro de la familia y a la relación de
quien aporta económicamente en el hogar, pues quien lleva las riendas,
generalmente lo hace el hombre, pero con los cambios sociales estos modelos se
han ido rompiendo, y la presión que se ejercía hacia la mujer ha empezado a dar
un vuelco y ha ido cambiando el pensamiento de quienes conforman la familia.
Se ha encontrado que en el aspecto del hombre victimizado, deja a un lado su hombría y se convierte en un ser afectado a tal punto que es incapaz de sobrellevar la situación más allá de sus propios muros, su carácter se vuelve pasivo, inexpresivo pues viene siendo intimidado y alterado física y psicológicamente, lo que lo lleva al temor social. Aquí vale la pena destacar la influencia que ejerce tanto el hombre violento como el caso de la mujer que violenta a su pareja, pues no se trata de dos seres diferentes con tratos diferentes, se trata de seres humanos que bajo la mirada violenta son sujetos del mismo nivel de vulnerabilidad.
Por otro lado la dominancia psicológica de la mujer ha
llevado a establecer caminos de chantaje sobre el hombre que afectan su vida
social y económica, así mismo, los hijos vienen a ser un “botín” frente a
conflictos en los que la mujer toma ventaja sentimental para llevar la relación
por el camino de sumisión ante la impotencia del hombre de no querer tener una
pérdida de su núcleo familiar . Ante este panorama la sociedad no contempla que
dicha situación sea propia del hombre, pues el entorno reclama este tipo de
conducta de las mujeres frente a la posible disgregación familiar, pero resulta
ser también arma de agresión y dominancia de la mujer agresora.
La violencia de género ya no es una concepción de la agresión del hombre hacia la mujer solamente, sino que se ha transformado en una realidad en la que el hombre es objeto de transgresiones de diversa índole por parte de la mujer en el escenario de la vida de pareja especialmente, lo que modifica el panorama social tradicional de la violencia intrafamiliar inclusive, y lleva a las fronteras de la revisión investigativa a este fenómeno.
VIOLENCIA
DE GÉNERO
Según la
organización mundial de la OMS la violencia se define como: “El uso intencional
de la fuerza física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o
comunidades y que tiene como consecuencias probables lesiones físicas, daños
psicológicos, alteraciones del desarrollo, abandono e incluso la muerte.”
El objetivo de la
temática es abordar la violencia que tiene lugar dentro de una pareja por eso
se define como violencia doméstica: Aquellas agresiones que se producen en el
ámbito privado en el que el agresor, generalmente varón, tiene una relación de
pareja con la víctima. Dos elementos deben tenerse en cuenta en la definición:
la reiteración o habitualidad de los actos violentos y la situación de dominio
del agresor que utiliza la violencia para el sometimiento y control de la
víctima
La violencia
doméstica tiende a manifestarse en tres formas:
1) Violencia física se refiere a las lesiones corporales
infligidas de forma intencional: golpes, quemaduras o agresiones con armas.
2) Violencia sexual Entrarían aquí los actos que atentan
contra la libertad sexual de la persona y lesionan su dignidad: relaciones
sexuales forzadas, abuso, violación.
3) Violencia psicológica En esta categoría están diferentes
estrategias para atacar a la persona mediante humillaciones, desvalorizaciones,
críticas exageradas o públicas, lenguaje soez y humillante, insultos, amenazas,
culpabilizaciones, aislamiento social, control del dinero, impedir la correcta
toma de decisiones
Se pueden dar de
forma separada pero es más frecuente que aparezcan combinadas por eso sus
efectos negativos serán mayores
CAUSAS
El grupo de
Trabajo en Violencia del Hombre contra la mujer de la Asociación Psicológica
Americana: plantea que la violencia doméstica tiene múltiples causas, entre las
que destaca el hecho de que es una conducta aprendida que se ha forjado por las
normas socioculturales y las expectativas de rol que apoyan la dependencia
femenina y prolongan la violencia masculina
Su origen puede
ser por las actitudes socioculturales (desigualdades de género), condiciones
sociales, relaciones conyugales, conflictos familiares y los aspectos
biográficos como personalidad, historia de abusos y de violencia en la familia
de origen se han relacionado con la aparición de este fenómeno.
Jewkes (2002)
considera que los dos factores epidemiológicos más importantes para la aparición
de la violencia doméstica son la relación de desigual posición de la mujer
tanto en las relaciones personales como sociales y la existencia de una
“cultura de la violencia”
Quizá estas
causas están en el trasfondo del problema, pero hay factores de riesgo y
situaciones de especial vulnerabilidad que explicarían por qué en contextos
similares, en ocasiones se producen las situaciones de violencia y en otras no
PSICOPATOLOGIA DEL AGRESOR:
Resulta muy
revelador el modelo de la rueda de control y poder de Pence, que enfatiza el
peso de los mecanismos de control con los que el agresor busca imponerse a su
pareja: - Abuso emocional. - Abuso económico. - Abuso físico. - Abuso sexual. -
Utilización de los hijos. - Intimidación y amenazas - Utilización de privilegios
masculinos. - Aislamiento.
Echeburúa y
Fernández Montalvo (1997) aportan algunos factores que nos permiten identificar
el perfil del hombre potencialmente peligroso en el hogar: - Excesivamente
celoso. - Posesivo. - Fácilmente irritable si se le ponen límites. - No
controla sus impulsos. - Bebe alcohol en exceso. - Culpa a otros de sus
problemas. - Experimenta cambios bruscos de humor. - Actúa con violencia al
enojarse. - Cree que la mujer está subordinada al hombre. - Experiencias
previas de maltrato. - Baja autoestima.
Kyriacou y Anglin
(1999) presentan los factores de riesgo de ser un hombre maltratador,
enfatizando el peso de los factores ambientales: - Experiencia de violencia en
familia de origen. - Alcoholismo. - Desempleo o empleo intermitente. - Mala
situación económica. - Hombres violentos, controladores y posesivos. - Baja
autoestima. - Concepción rígida y estereotipada de los roles de género. -
Aislamiento social. - Vida centrada exclusivamente en la familia. - Déficit de
control de impulsos. - Presencia de trastornos psicopatológicos
En estos
estudios reseñados nos permite predecir
la realización de conductas violentas en el hogar para su identificación
temprana ya que es muy importante
Riggs, Caulfield
y Street (2000) llevan a cabo un análisis de los estudios disponibles sobre el
tema, buscando aspectos que a nivel correlativo y predictivo resulten
especialmente relevante.
- Características demográficas:
El riesgo aumenta en presencia de estrés familiar, relacionado con el bajo nivel socioeconómico y la pérdida de empleo del agresor.
- Características psicológicas:
Los hombres potencialmente agresores se muestran menos asertivos, hostiles e irascibles. Aceptan igualmente de mejor grado la violencia en una relación de pareja.
- Psicopatología
Con respecto a síndromes psicológicos específicos, la depresión, el trastorno de estrés postraumático (TEP), el abuso de sustancias y el trastorno límite de personalidad, se han asociado a la perpetración de violencia doméstica.
- Características de la relación
- Antecedentes familiares
Muchos maltratadores no provienen de familias violentas
- Aspectos neurológicos
PSICOPATOLOGÍA DE LA VÍCTIMA
Por más de que el
agresor sea propenso a maltratar a su pareja para que el ciclo de la violencia
se mantenga estable en el tiempo deben aparecer una serie de factores que
posibiliten la victimización, así como en el caso del agresor la unión de los
aspectos psicosociales y psicopatológicos dan explicación sobre el rol de la
víctima en la violencia doméstica
Kyriacou y Anglin
(1999) destacan este factor explicativo fundamental en su listado de factores
de riesgo de ser una mujer maltratada: - Vivencia de violencia doméstica en
familia de origen - Bajo nivel socioeconómico - Bajo nivel cultural -
Aislamiento social - Baja autoestima - Sumisión y dependencia - Embarazo -
Desequilibrio de poder en la pareja - Consumo de alcohol o drogas
Riggs, Caulfield
y Street (2000) aportaron los siguientes datos sobre violencia doméstica
- Experiencia previa de violencia
La experiencia de victimización en la niñez tampoco discrimina víctimas de no víctimas.
- Psicopatología
Estos autores
concluyen que, en comparación con los estudios que versan sobre el papel del
agresor, los datos son menos claros y escasamente consistentes, con lo que no
se encuentra ningún factor o grupo de factores que nos permitan discernir entre
víctimas y no víctimas
MODELOS EXPLICATIVOS PSICOPATOLÓGICOS
Existen una gran
variedad de modelos explicativos que, desde los enfoques más diversos, han
tratado de desentrañar los aspectos ligados al origen y mantenimiento de la
violencia doméstica
El feminista
–énfasis en el rol que adopta la mujer en la sociedad-, el psicodinámico –
aspectos traumáticos de la unión de pareja-, el del aprendizaje social –basado
en los rasgos socio-culturales de grupos determinados- o, desde una perspectiva
distinta, el de análisis de costes y beneficios, entre otros muchos.
3.1 MODELO INTERACTIVO DE LA VIOLENCIA DOMÉSTICA
Es un modelo
descrito por stith y rosen ellos destacan lo siguiente
Factores de
vulnerabilidad de la familia y el individuo
• Factores de
estrés situacional
• Recursos
individuales para hacerles frente
• Contexto
sociocultural en que se inserta el individuo
-Las autoras
plantean que los valores socioculturales relacionados con la violencia y los
roles sexuales van a incidir sobre las vulnerabilidades o hay que atender al
hecho de que una vez que la violencia ha sido empleada de forma funcional, se
genera una tendencia, es decir, se aumenta la posibilidad de que estos
comportamientos se repitan de manera más frecuente a corto, medio y largo
plazo.
Contexto sociocultural: Se refiere al conjunto de valores y
normas compartidas por las familias de una misma comunidad y cultura. Los
directamente relacionados con la violencia doméstica son los siguientes:
- Aceptación de la violencia:
el modelo transmitido por los medios de comunicación va a influir en las
creencias personales, perpetuando la visión de la violencia como una manera
adecuada de resolución de conflictos.
-
Estatus subordinado de la mujer: los valores culturales
respecto a los roles de género pueden influir en la perpetración de la
violencia doméstica, concediendo mayor valor a los hombres que a las mujeres,
con lo que estos pueden interpretar que tienen derecho a maltratar a sus
parejas, y éstas consideren este hecho como algo de menor importancia que el
cuidado de su pareja e hijos.
Factores de vulnerabilidad
- Experiencias de
socialización: la exposición a la violencia incrementa la posibilidad de que
reaparezca en la siguiente generación.
-
Características individuales: al interactuar con el estrés
situacional, estas características incrementarían la posibilidad de ejercer
actos violento
− Ser violento. − Percepción de escaso poder. − Actuar de
manera posesiva. − Tener baja autoestima. − Carecer de mecanismos de
afrontamiento. − Padecer dependencia de sustancias.
-
Características de la familia nuclear: la calidad de la
relación de pareja (que esta funcione mejor o peor) puede aumentar la
probabilidad de la violencia doméstica, en presencia de estresores familiares
de especial intensidad
Factores de estrés
Estrés madurativo: cambios formativos en el
ciclo de vida a los que se enfrentan las familias a medida que avanza el
tiempo. Ejemplos de este tipo de estresores son el embarazo o el nacimiento de
un hijo.
Estrés
impredecible: modificaciones en el estilo de vida familiar que no pueden
anticiparse. Ejemplos de ello son el desempleo o una muerte inesperada
Acontecimientos desencadenantes: sucesos
propiciatorios del comportamiento violento, como que la comida no esté bien
hecha o haber discutido con su jefe en el trabajo.
Recursos
Recursos
personales: las autoras se basan en la categorización de McCubbin y Figley,
planteando que existen cuatro componentes básicos de los recursos personales:
1) Bienestar económico. 2) Nivel educativo. 3) Estado de salud. 4)
Características psicológicas o de personalidad.
Sistema familiar:
aspectos como la cohesión familiar, la adaptabilidad, la correcta comunicación
o el equilibrio de poder en la pareja se consideran recursos del sistema que
permiten a sus miembros un afrontamiento correcto del estrés y sobreponerse a
las dificultades que se planteen.
Red social: el
apoyo social es un recurso fundamental a la hora de enfrentarse a dificultades
de cualquier tipo, habiéndose comprobado como el aislamiento social es uno de
los predictores básicos de violencia doméstica
MODELOS
DE LOS MECANISMOS PSICOLÓGICOS DE LA VIOLENCIA EN EL HOGAR
Echeburúa y
Fernández Montalvo (1998), este modelo parte de la premisa de que en la
conducta violenta intervienen los siguientes aspectos psicológicos: Actitudes de hostilidad. Estado emocional de ira. Repertorio pobre de conductas y trastornos de
la personalidad. Factores precipitantes. Percepción de vulnerabilidad de la
víctima. Reforzamiento de las conductas
violentas previas. A su vez, la interacción de todos estos factores puede
producir dos manifestaciones diferentes de la violencia:
1. Violencia expresiva: es toda conducta motivada por sentimientos de ira y que refleja dificultades en el control de los impulsos o en la expresión afectiva, a la que suele seguir el arrepentimiento del agresor.
2. Violencia instrumental: es toda conducta planificada que
expresa un grado profundo de insatisfacción y no genera sentimientos de culpa
- Actitud de
hostilidad
Derivada de actitudes y sentimientos
negativos fundamentados en una evaluación negativa de las conductas de la pareja.
Puede ser el resultado de estereotipos machistas, percepción de indefensión de la víctima, celos patológicos del agresor y de la creencia en la legitimidad del uso de la violencia para la resolución de conflictos.
- Estado emocional de ira
Facilitado por pensamientos
activadores que guardan relación con recuerdos de situaciones negativas del
pasado de la pareja.
Aparición de estímulos ajenos a la pareja que son susceptibles de provocar malestar.
- Repertorio
pobre de conductas y trastornos de personalidad
Déficit de habilidades de comunicación y de
solución de problemas que dificulta la adecuada resolución de los conflictos.
El problema se ve agravado ante la aparición de suspicacia, celos, baja autoestima o falta de empatía.
- Factores precipitantes
El consumo de alcohol o drogas puede
ayudar a la aparición de conductas violentas, dada su frecuente interactuación
con los problemas de la vida diaria.
- Percepción de vulnerabilidad de la víctima
Descarga en quién se percibe como más
vulnerable ante la ausencia de respuestas de protección enérgicas.
Resulta fundamental la existencia de un
entorno seguro para el agresor, en el que sea fácil ocultar lo sucedido.
- Reforzamiento de las conductas violentas previas
Si las conductas violentas previas
han sido eficaces el agresor concluye que es un buen método para conseguir sus
fines.
Del mismo modo, la conducta de sumisión de la
víctima se ve reforzada por la evitación de peores consecuencias que las ya
padecidas.
Este mecanismo resulta fundamental a la
hora de explicar el mantenimiento de la violencia doméstica en el tiempo, junto
con otras variables del tipo de la dependencia emocional y económica, la
presión social, incertidumbre ante el futuro, etc.
CONCLUSIONES GENERALES
Los modelos presentados tienen en
cuenta ciertos factores del agresor que se han mostrado consistentemente como
útiles para predecir la violencia doméstica, tales como un elevado nivel de
hostilidad, aceptación de la violencia como mecanismo valido en la resolución
de conflictos, escasez en habilidades de comunicación o presencia de abuso de
substancias, si bien no se muestran coincidentes en la denominación ni en el
peso relativo otorgado a cada uno de estos componentes. En lo que si muestran
coincidencia es en su conceptualización de la conducta violenta como un
mecanismo de afrontamiento ante problemas o situaciones de estrés o bien el
resultado del déficit de otras habilidades más adaptativas para hacerles
frente. En cualquier caso, mientras el modelo interactivo parece más genérico
al considerar factores tanto individuales como familiares y sociales, el modelo
de los mecanismos psicológicos no se queda en tratar de establecer las causas
de la violencia doméstica, sino que también alude a los mecanismos que permiten
su mantenimiento de forma crónica
FEMINICIDIO
El término “feminicidio” hace referencia a un tipo de
homicidio específico en el que un varón asesina a una mujer, chica o niña por
ser de sexo femenino. A diferencia de otros tipos de asesinato, los
feminicidios suelen ocurrir en el hogar como consecuencia de violencia de
género. También se categorizan dentro de los crímenes de odio, dado que se dan
en un contexto en el que lo femenino ha sido estigmatizado durante años.
La palabra “feminicidio” está en disputa; hay autores
que afirman que incluye cualquier asesinato cuya víctima sea una mujer,
independientemente del género de quien lo cometa o de cuáles sean sus
motivaciones.
El feminicidio es la manifestación más extrema del
abuso y la violencia de hombres hacia mujeres. Se produce como consecuencia de
cualquier tipo de violencia de género, como pueden ser las agresiones físicas,
la violación, la maternidad forzada o la mutilación genital.
EPIDEMIOLOGIA
Se calcula que cada año se perpetran alrededor de 66
mil feminicidios en el mundo. No obstante, hay que tener en cuenta que el
número de casos de violencia de género tiende a infravalorarse y que muchos
países no diferencian entre los homicidios y los feminicidios.
MOTIVACIONES DEL ASESINO
La motivación para el crimen es una de las
peculiaridades principales del feminicidio en relación a otros tipos de
homicidio. Según Diana Russell, a quien se atribuye la popularización de la
palabra “feminicidio” (“femicide” en inglés”), algunas de las motivaciones
principales para estos asesinatos son la ira, el odio, los celos y la búsqueda
de placer.
Otras variables que Russell considera relevantes son
la misoginia, el sentido de superioridad de género y la concepción de las
mujeres como posesión. Estas variables se transmiten culturalmente y favorecen
la violencia de los hombres hacia las mujeres. Por otro lado, los asesinatos de
mujeres en el ámbito de la pareja también están ligados, estadísticamente, al
consumo de alcohol o de otras drogas por parte del homicida, si bien estas
acciones no pueden ser atribuidas solamente a un fenómeno puramente bioquímico.
TIPOS
Íntimo y familiar:
Feminicidio Íntimo como la privación de la vida de la
mujer cometida por un hombre con quien la víctima tenía algún tipo de relación.
El feminicidio Familiar Íntimo es la privación dolosa
de la vida de la mujer cometida por su cónyuge o cualquier descendiente o
ascendiente en línea recta hasta cuarto grado de consanguinidad
Mientras que los feminicidios familiares son cometidos
por varones dentro de su familia cercana o extendida, el concepto “feminicidio
íntimo” suele usarse para hablar del asesinato de la pareja o la ex pareja,
independientemente de la relación legal entre las dos personas. El feminicidio
íntimo se relaciona con el consumo de alcohol y otras sustancias y supone un
35% de todos los asesinatos de mujeres (no sólo los cometidos por hombres), lo
cual lo hace el más frecuente de todos los tipos de feminicidio.
Infantil:
es la privación dolosa de la vida en contra de niñas
menores de edad cuyo feminicida tenga relación afectiva o de cuidado o hasta
cuarto grado de consanguinidad
Sexual sistemico:
lo define como el asesinato de mujeres y niñas por ser
mujeres y cuyos cuerpos han sido torturados, violados por hombres misóginos.
Feminicidio por Ocupaciones
Estigmatizadas:
se refiere a las muertes de mujeres asesinadas por su
ocupación u oficio; aunque son agredidas por ser mujeres las hace más
vulnerables la ocupación desautorizada que desempeñan, ejemplo: bailarinas,
meseras o trabajadoras sexuales
Lesbicidio:
No es difícil encontrar periodos históricos en que el
asesinato de mujeres como castigo por ser homosexuales fuera legal. Por
ejemplo, en la Francia del siglo XIII se aprobó una ley según la cual a las
mujeres se les debía amputar una extremidad las dos primeras veces que tuvieran
sexo con mujeres, mientras que a la tercera debían ser quemadas.
Un crimen similar y frecuentemente unido al lesbicidio
es la violación correctiva; consistente en abusar sexualmente de una mujer
homosexual con el objetivo de hacer que se comporte como si fuera heterosexual
o simplemente como castigo. Es una manera de intentar imponer un supuesto
"orden natural" mediante la violencia y el poder. Hoy en día la
homosexualidad, tanto en mujeres como en hombres, sigue siendo condenada por la
mayoría de religiones y es ilegal en países como Irán, Libia, India, Pakistán,
Marruecos y Nigeria. Estas condiciones favorecen la violencia contra personas
homosexuales, ya que la legitiman desde las instituciones.
Racial:
En los feminicidios raciales el componente de género
se suma a un factor étnico: en estos casos el asesino mata a la víctima tanto
por ser mujer como por tener rasgos culturales y físicos diferentes a los
suyos. Se trata de una mezcla de elementos que generan odio de manera
totalmente irracional, aunque culturalmente inducido por dinámicas históricas
de discriminación.
En serie:
Este tipo de feminicidio suele darse cuando un varón
mata a mujeres de forma repetida para obtener placer sexual sádico. En general
estos asesinatos se producen por trauma o por asfixia. Las víctimas de
feminicidios en serie, como el resto de feminicidios no íntimos, son más
frecuentemente mujeres que trabajan como camareras o como prostitutas.
En ocasiones se atribuye el feminicidio en serie a la
pornografía, en especial a aquella que erotiza la violencia. Desde una
perspectiva de género, esto puede deberse a la normalización de la violencia
que se produce en estas piezas de ficción. No obstante, esta relación no ha
sido demostrada por el momento. Es probable que el uso de estos materiales no
sea un factor que predisponga a la realización de los crímenes, sino que forme
parte del proceso de preparación a través del acto de fantasear con violaciones
y asesinatos.
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